La Época de los sollozos es una historia que abarca cuatro generaciones y dos continentes. Al igual que colecciones de retratos familiares alrededor del mundo—y al igual que nuestro documental—las imágenes e historias ensambladas en esta página reúnen a personas unidas por amor y sangre pero divididas por tiempo y distancia. Te invitamos a conocer a nuestros personajes principales al posar el cursor y hacer clic sobre las fotos.
Alexandra Hidalgo
La cineasta venezolana Alexandra es el hilo que entrelaza la historia. Como narradora, entrevistadora y motor que impulsa la narrativa, invita a los espectadores a desenterrar los misterios de la película. Habiendo vivido en los Estados Unidos desde 1993, es actualmente profesora en Michigan State University y tiene dos hijos que acompañan a su madre en la búsqueda de respuestas a las preguntas que dejó su abuelo. Al ir resolviendo el misterio de la desaparición de su padre y al descubrir quién fue realmente él como persona, Alexandra transforma su dolor en creatividad y esperanza para ella y aquellos que la rodean.
Miguel Hidalgo
La vida de Miguel y su desaparición en la Amazonía Venezolana en el 1983 es el enigma pulsante de la historia. Nacido en Caracas de padres venezolanos, Miguel se mudó a los Estados Unidos cuando era un bebé y había vivido en Nueva York, Washington DC, Carmel, La Habana y Tokio al cumplir 15 años. Su crianza cosmopolita resultó en un hombre multifacético que por siempre barajó sus varias identidades—escritor, inventor, economista, filósofo, programador, cinta negra en Karate, escalador y místico. Era también un padre mágico y dedicado a su hija. Cuando desapareció en la Gran Sabana dejó atrás una herida familiar que no puede curarse hasta que el enigma de su desaparición sea resuelto.
Antonieta Aagaard de Cardier
Antonieta es la esposa de Miguel y la madre de Alexandra. Nació en Caracas de madre venezolana y padre danés. Fue una de las primeras mujeres programadoras en Venezuela, comenzando su carrera a principios de la década de los 70. Crió a Alexandra sola después que Miguel desapareció y le enseñó a su hija las estrategias necesarias para sobrevivir tan insondable pérdida. Habiéndose vuelto a casar, vive todavía en Venezuela, enfrentándose a un nuevo tipo de pérdida al ver a su patria desintegrarse a su alrededor como resultado de trastornos políticos y económicos. A pesar de todo, continúa encarando la vida con paciencia y optimismo.
Yarima Hidalgo
Yarima es la hermana mayor de Miguel. Nacida en Suiza pero criada en los Estados Unidos, Yarima llegó a la adultez en los años 60 y se unió al Movimiento de Derechos Civiles después de ser acosada por la policía por haberse casado con un trombonista negro. Perdió la audición en el oído izquierdo después que un policía la golpeó durante una protesta en Mississippi. Se mudó a Venezuela y se enamoró del Paují, un pueblo remoto en medio de la Gran Sabana, donde se unió a una comunidad de artistas y ambientalistas bohemios. Su experiencia inspiró a su hermano Miguel a viajar al Paují. Actualmente vive en Caracas, en la casa de su madre que se está derrumbando, y hace lo posible para resistir el caos del país, luchando para conseguir comida y la medicina que necesita para sobrevivir.
Olga Briceño
Olga, la madre de Miguel y la abuela de Alexandra, fue una mujer formidable que disfrutaba el reto que le traían los obstáculos. Nacida en Venezuela en 1912, fue la tercera mujer en ir a la universidad en su patria antes de mudarse a España en los años 30, donde fue una escritora y activista célebre. Huyó de España por la Guerra Civil y se fue a vivir a Suiza donde recibió su maestría antes de escapar una vez más al estallar la Segunda Guerra Mundial. Se mudó a los Estados Unidos donde tuvo múltiples fases de identidad: autora de un libro best-seller, agregada cultural de la embajada venezolana, editora, profesora de universidad, dueña de una galería de arte y dama de sociedad, entre muchas otras. Eventualmente regresó a Venezuela y pasó la última década de su vida buscando a su hijo. Nunca perdió la esperanza de que Miguel regresaría.
David Tyson
David es el mejor amigo de Miguel. Se conocieron de niños al ser compañeros de escuela en Carmel, California y pasaron muchos veranos juntos en los Hamptons, donde la familia de David tenía varias propiedades. Además del vínculo arraigado de su amistad de infancia, David y Miguel compartían un interés por la filosofía y Miguel ayudó a David a crear un programa de computación que invitaba a los usuarios a descubrir sus inclinaciones filosóficas. El programa se convirtió en el núcleo del Museo de las Humanidades, el cual fue fundado por David en Nueva York. David, quien todavía lamenta la pérdida de su amigo, ayudó a pagar por los estudios universitarios de Alexandra y ha sido una figura paterna constante en la vida de ella.
Glen Brening
Glen, quien es ingeniero y artista marcial de padre americano y madre venezolana, es sobrino de Miguel y padrino de Alexandra. Glen llevó a Alexandra y a su marido Nathaniel a la Gran Sabana en el 2004 para investigar lo que ocurrió con Miguel. Como tiene, al igual que su padrino, una mente aguda para la filosofía y el misticismo, Glen ayuda a descifrar las teorías abstractas de Miguel. También le da vida a la escritura de su tío en la película al interpretarla.
Jenny Berghaeger
Jenny es hermana de Antonieta y en 1975 se casó con Dirk, un querido amigo universitario de Miguel. Los recién casados se mudaron a Cascais, Portugal, pero la distancia no logró separar a las hermanas. Tuvieron hijos al mismo tiempo y mantuvieron su cercanía con visitas, cartas y grabaciones de cassette que se mandaban por correo. Un mes después que Miguel desapareció, Dirk murió de cáncer y a ambas hermanas les tocó criar a sus hijos sin la ayuda de sus parejas. Jenny, quien todavía vive en Cascais, consiguió la única grabación de la voz Miguel que aún existe, capturada en uno de esos viejos cassettes, compartiendo con Alexandra y con los espectadores del documental el regalo de los pensamientos, el ingenio y la risa de Miguel.
William and Santiago Hidalgo-Bowler
Los hijos de Alexandra y Nathaniel, William y Santiago, tienen 6 y 4 años. Ellos acompañan a sus padres en los varios peregrinajes de la película para aprender sobre la vida de su abuelo Miguel. Están cautivados por por el hombre cuyas fotos pueblan las paredes de su casa, cuya guitarra les intriga, y cuyo libro está en sus estantes. Santiago, en particular, se parece a Miguel a su edad, recordándonos que la esencia de una persona y el amor que dan puede permanecer en una variedad de versiones y formas.
Nathaniel Bowler
Casado con Alexandra por casi dos décadas, Nathaniel es el director de fotografía de la película, añadiendo su voz a través de las imágenes que captura. También ocasionalmente aparece en pantalla, acompañando a su esposa e hijos en su trayecto para reconstruir la historia de la vida y desaparición del suegro que nunca conoció pero cuya historia se ha convertido en una fuerza contundente en su vida.